La columna vertebral es el eje de nuestro cuerpo, nuestro centro, y la actitud postural desde la columna define nuestra actitud con el universo. Una actitud elegante, transmite una sensación segura, certera, así como una postura encorvada irradia agobio, cansancio.

El disco intervertebral es una estructura viscoso-elástica que se encuentra interpuesta entre dos cuerpos vertebrales. Cumple la función de amortiguar las cargas axiales en la columna y es uno de los responsables de la funcionalidad vertebral tal cual la conocemos. Por diversos motivos (hereditarios, traumatismos repetitivos por oficio o actividades específicas, peso corporal excesivo, etc.), el disco intervertebral comienza a perder sus capacidades de amortiguación, el espacio intervertebral pierde su armonía y puede comenzar el dolor. Si el problema persiste, el contenido del disco compromete las raíces nerviosas, que se encuentran vinculadas al espacio intervertebral y el conducto raquídeo, un área crítica en la columna vertebral.

En la columna lumbar comienza el dolor tipo “ciático”, que se irradia a la pierna y el pie. Además de dolor, también puede acompañarse de adormecimientos, hormigueos y demás sensaciones (parestesias). Si el problema se origina en la columna cervical, el dolor se irradiará al brazo y mano con las mismas características que en la región lumbar. En este caso, el dolor puede ser más “eléctrico”. En caso de ser una hernia de disco en la columna dorsal, el dolor y las sensaciones asociadas se irradiarán al tórax.

La acupuntura es una excelente alternativa para la hernia de disco. Si bien no es posible restituir la estructura discal, sí podemos favorecer la estabilización y contención del área discal y peridiscal, una “cicatrización”, disminuyendo el dolor y la inflamación, y promoviendo el fortalecimiento muscular y la elongación, logrando rehabilitar la función, teniendo en cuenta las condiciones personales.

« Volver